El restaurante La Acuarela en sus inicios no era más que una casa desolada y en ruinas que con mucho esfuerzo, tiempo y mucho amor Robert David Konkol convirtió en lo que ahora se conoce como un recinto de paz y tranquilidad, un excelente espacio para descansar y mantener la mente alejada de los suburbios de la ciudad.

Un espacio maravilloso para el descanso, donde compartir una copa de vino y una conversacion amena se vuelve una experiencia inolvidable que aumenta el deseo de pronto regreso en sus visitantes, sin lugar a dudas un recinto lleno de historia y descubrimiento interior adornado por la naturaleza que toda persona desea cerca de sí.​

 

Imposible expresar más a traves de palabras, es necesario vivir , ver, oir y  perpetuar en la mente la infinidad de recuerdos que el lugar y su fundador -Robert- provocan en quienes los conocen.